domingo, 15 de octubre de 2023

CESAR ATAHUALLPA RODRÍGUEZ

 

César Atahuallpa Rodríguez

Arequipa, 1899-1972


Su verdadero nombre era César Augusto Rodríguez Olcay, pero el agudo poeta Percy Gibson le hizo notar que si quería llevar el nombre de un emperador sería mejor que tomara el de un Inca, y se quedó con el de César Atahuallpa. Formó parte del grupo de poetas  llamado “Aquelarre”, por su afición a las tertulias nocturnas. Escribió poesía de dos clases, una personal y oscura, la otra cívica y luminosa. A esta última pertenece el poema llamado “Ofrenda Cívica”, que es uno de los mejores homenajes que se ha hecho a la ciudad.

Ofrenda cívica

Poema

Recitado por Giuliana Murgía

Señor Gobernador y muy Magnífico,

Manuel Garcí de Carbajal:

cuatro centurias hace que tu diestra

diera el bautismo a esta ciudad,

trayendo un poco de simiente

del valle genitor de Camaná;

y aunque, con mucho, se te anticipara

Mayta Capac, el Inca, en el fundar,

tú le insuflaste el hálito de vida,

para la eternidad.

Y aquí la tienes siempre joven,

siempre arrimada a su volcán,

sin que la noche de los tiempos

la llegue nunca a madurar.

Ella surgió de la plutónica

marea blanca del sillar

y de su sol y de su cielo,

formando a tumbos el aduar.

Junto al gran óleo de su campo,

que lo hace más patente el arenal,

es una mezcla de poeta,

de demagogo y militar.

Mujer, en la apariencia, cuando sueña;

varón en realidad:

porque sus sueños son la trama

de un turbulento meditar.

Como española fue impetuosa,

como mestiza ¿qué será?

Del maridaje del acero hispano

con el bronce racial

ya se percibe la rotunda síntesis

de este nuevo metal.

Brillante en los caudales de Martínez;

sombrío en la tristeza de Melgar;

repujado en Corbacho;

manopla en el Deán;

multisonoro en el concierto

de los tres Paz Soldán;

ojo de luz en la linterna

con que Rivero explora la verdad;

pululación fosfórica en Calienes

ardiendo en humildad;

en Toribio Pacheco pluma de oro

con visos de genialidad;

seso en Garaycochea;

cañón en Bonifaz;

fibra de santo y de Quijote

en Juan Manuel Polar;

y en el pueblo, de rica sangre plástica,

cantera inextinguible en qué tallar.

Ella que tuvo cuna pobre,

porque fue pobre su solar,

luchó, como lo ves, con brazo fuerte

sin cansarse jamás;

transformando el terrón en sementera

con un instinto vegetal.

Y juntamente con el surco

se puso el alma a germinar,

irrumpiendo Arequipa: este vivero

de hombres y fuerzas para dar;

pues consonante con el trigo

granó sus frutos la Universidad.

Esta es la Villa que fundaste;

esta es tu siembra, Carbajal;

tan promisora y tan muchacha,

como si fuera a comenzar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario