Arequipa, 1901-1983
Fue buen profesor, pero mejor poeta. Hallándose en Lima, quiso realizar el sueño de los poetas, de irse a Francia, pero el destino le jugó una mala pasada. Durante cuarenta años se dedicó a la docencia de párvulos, seguramente que “con infinito cariño”; pero su verdadera vocación siguió siendo la poesía. Sus versos eran de inspiración popular, hablaba del campo y de los cholos, como Percy Gibson, pero con infinito más conocimiento y sentimiento. Por esto era un mejor poeta. Lo fantástico hubiese sido que como profesor también hubiese podido labrar y pulir el alma infantil, igual que sus versos.
Mis credenciales
Poema
Recitado por Giuliana Murgía
Música de Pedro Rodríguez
Arequipa, soy hijo tuyo
porque
desde el vientre sagrado ya sentía
la danza de velos de tus madrugadas,
la tónica gimnasia de tus volcanes
y la marcha civil de tus muchedumbres.
Porque
al nacer mis ojos bebieron tu cielo
azucarado de estrellas;
y tu Sol inauguró radiante
esta ciudad de luz en mi destino.
Porque
prendieron en mi alma
los violines gitanos de tus crepúsculos,
y yo comencé a leer
la soledad del hombre
en las silabas claras de tus arroyos.
Porque
las rebeldías de tu historia
templaron y nutrieron los surcos de mis años,
y el viento de tus infortunios
cavó más hondo mi corazón de arequipeño.
Porque
las campesinas guitarras de tus tardes
acompañaron al yaraví de mis ausencias,
y el aroma de tus huertos en el aire
hacía más dulces las esperas de mi madre.
Porque
esta voz que tengo
emana de las rocas cordiales de tu pueblo;
y el poema que te canto
es la bandera enarbolada de tu sangre.
Arequipa,
porque en tu corazón
hecho de lava y de ternura
me consta que la Patria atribulada
se sirve el real fermento
de su libertad sagrada,
cada vez que se alza pálida
cuando los lobos y
vampiros succionan.
Porque en ese corazón
yo tengo un surco
en el que cosecho mis poemas,
que entrego a mis hermanos y a los hombres;
envueltos en el aliento
de mi tristeza y tu bravura.
Porque
me armaron hijo tuyo
el acuerdo musical de tus paisajes,
la firme decisión de tus montañas
y la aclamación de tus alas de mañanas.
Por eso
yo soy arequipeño.
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Cholita
Poema
Recitado por Giuliana Murgia
1
CHOLA,
cholita, te van diciendo
los árboles
abuelos de la carretera
es que te
vieron nacer
quizá como un
matecllo, de la acequia, del vientre de tu madre
a toda
corriente, a toda corriente
y te has
crecido como una mañana
para pasear
por los campos, arreando con el látigo de tus gritos
manadas de
nubes
pasas colgando
en las ramas
tus cantos
mojados de madrugada
para que los
oree el Sol
en tu cara
retoza la alegría de los jilgueros
como el agua
clara
mientras van
choleando, c h o l e a n d o
tus faldas de
franela
2
al mediodía en
punto, en el maizal a todo viento
de tu edad
florece el
choclo bien granado de tu risa.
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